Ya ha pasado un mes desde que comenzó mi forzada reconversión...
He pasado del corta y pega audio al corta hierbas y pega sicaflex. De las manos finas a las manos con callos. De los decibelios a los voltios. De los grupos musicales a los grupos de frio. De la taquilla de espectáculos a la taquilla del vestuario. De los exteriores a los interiores. De las torres de sonido a las torres de refrigeración. De unidades móviles a contenedores variados. De soldar con estaño a soldar con arco. De enseñar a aprender.
Tambien es cierto que a veces hago el control, que regulo megafonía y que veo monitores.
Lo que constato es que ahí afuera está todo muy feo, que, como recordaba Severino "el trabajo dignifica" y que agradezco mucho volver a ser útil pero... no me olvido ni un sòlo día de mi "antigua profesión".
Del primero al último, y del más alto al más bajo (jerárquicamente hablando...) de mis compañeros, me trata fenomenal.
En el fondo he pasado de un convento de Clarisas a otro de Salesas... Sigo siendo el mismo...